jueves, 7 de mayo de 2009

De una ética mundial para la economía según Hans Küng




Víctor Céspedes


Introducción

Nos encontramos ante el hecho de la crisis de un «sistema-mundo», y que se está globalizando hasta llegar al último rincón de la Tierra, excluyendo paradójicamente, la mayoría de la humanidad. Es un problema vital. Vida humana que no es un concepto o una idea, que se preste para malabarismos o encantamientos lógico-verbales de la metaética; sino el modo de la realidad de cada ser humano en concreto, condición de toda ética posible.

La ética actual, de principios del siglo XXI tiene algunos «nudos problemáticos» que deben ser desatados, aporías o dilemas en el que entran de lleno y polémicamente intentando dar una perspectiva global o visión realista Hans Küng.

En el presente texto examinaremos los argumentos con los cuales plantea Küng su ética mundial para la economía; pensamos que esto presupone una crítica a la metaética con su distinción entre juicios de valor y juicios de hecho.

En cuatro capítulos de la segunda parte de su «Una ética mundial para la economía y la política» Hans Küng nos platea la relación que «debe haber» entre ética y economía.

«Ya nadie tiene una visión»[1], es una constatación de Küng. Hemos perdido el momento utópico cuando las revoluciones se proponen crear un nuevo orden social. Los revolucionarios buscan el poder para fracturar las limitaciones estructurales al cambio social, porque ellos visualizan una sociedad más justa y liberadora. Y en esto estamos de acuerdo con Küng, para todos los que asumieron como modelo el «socialismo real», desde 1989 cuando se les cayó el muro (de Berlín) encima, han quedado silenciados. En general, para todo los intelectuales, es riesgoso comprometerse, después de los acontecimientos de la Europa del Este, con alguna causa de cambio social, pues el marxismo puede que aun sirva como instrumento de análisis social, pero ya no vincula emocionalmente a la mayoría; y más general aun para los que soñaban con el progreso, pues no se puede proponer nada, pues seremos refutados por los hechos.

Ahora la ética se presenta como la alternativa al tipo de visión totalizadora del marxismo. La ética de Küng es una ética con las siguientes características:

- critica imparcial de las situaciones realmente existentes;

- alternativas constructivas y racionalmente realizables;

- impulsos concretos, y discutibles, para su realización.[2]

Küng nos plantea el adiós a la «ingeniería social utópica»:

- su objetividad está dada por su descomprometimiento con cualquier interés de partido o grupo[3].

- El modelo es reformista: se acepta el sistema como es; se reforma en parte.

- Su estrategia es apelar a un «individualismo inteligente comunitario»[4]

Küng frente a cualquier escepticismo se siente estimulado por Kant, quizá más aún inspirado; por lo cual cita un párrafo sobre la paz perpetua.

Küng fuera del catolicismo institucional se inspira en el Kant de «La religión dentro de los límites de la mera razón»

Kant dice:

Frente a la teología bíblica está en el campo de las ciencias una teología filosófica[...]Esta teología [filosófica], con tal que permanezca dentro de los límites de la mera razón y utilice para confirmación y aclaración de sus tesis la historia, las lenguas, los libros de todos los pueblos, incluso la Biblia, pero sólo para sí, sin introducir tales tesis en la teología bíblica[...], ha de tener plena libertad para extenderse tan lejos como alcance la ciencia[5]

Sin embargo, dicha «teología filosófica» kantiana tiene demasiados elementos positivos del cristianismo, en la versión pietista. Por ejemplo, contra el pesimismo de un cierto agustinismo luterano, escribe Kant:

El fundamento del mal no puede residir en ningún objeto que determine el albedrío mediante una inclinación, de ningún impulso natural[6]

Reafirma el principio pietista y también católico de que «no lleva la naturaleza la culpa o merito, sino que es el hombre mismo autor de ellos» [7]. De donde firma «la disposición original al bien en la naturaleza humana»[8]. En la Tercera parte de esta obra, Kant expone «el triunfo del principio bueno sobre el malo y la fundación del Reino de Dios sobre la Tierra»[9]. Este es el principio básico del pietismo del siglo XVIII. Kant muestra que no es suficiente un «Estado civil de derecho»[10], sino que se debe llegar a un «Estado civil ético», no meramente una «comunidad política», sino de una «comunidad ética»[11]. Ahora bien, «el concepto de una comunidad ética es el concepto de un Pueblo de Dios bajo leyes éticas»[12]. Así se formula el proyecto del movimiento pietista:

Una comunidad ética bajo la legislación moral divina es una iglesia que, en cuanto que no es ningún objeto de una experiencia posible, se llama la iglesia invisible[13][...] La visible es la efectiva unión de los hombres en un todo que concuerda con aquel ideal[14].

Por lo tanto Küng a camino entre su «catolicismo» y su abertura «ecuménica» al luteranismo et al., no es sino un «pietista kantiano ilustrado»[15].

La concepción de la Ética de Küng se articula sobre una interpretación de la filosofía moral kantiana. El kantismo de Küng se constituye, así, en la médula de su pensamiento, para mostrar que el ordenamiento institucional supone y exige como fundamento un ciudadano concebido como persona moral cuyas capacidades de autonomía, racionalidad, libertad e igualdad (conceptos derivados de Kant) son imprescindibles para legitimar la estructura de la cooperación social.

Para Küng la concepción más apropiada para especificar los términos de cooperación social entre ciudadanos libres e iguales, dado un contexto democrático compuesto por una diversidad de clases y grupos a su interior, es la de un pluralismo razonable de doctrinas omnicomprehensivas diferentes en el marco de una cultura tolerante y unas instituciones libres. El fundamento normativo de este pluralismo razonable debe ser, según Küng, una concepción Ética de la política que se oriente por los principios de Ética señalados.

Para cualquier sociedad pluriétnica y multicultural, es imposible imponer permanentemente, salvo por el uso opresivo del poder del Estado, una doctrina omnicomprehensiva determinada, lo cual resultaría contradictorio y paradójico con lo esencia de una sociedad democrática. Por lo mismo, un régimen democrático pleno, para ser duradero y seguro, no puede estar dividido por doctrinas confesionales y clases sociales hostiles, sino ser libre y voluntariamente respaldado por una mayoría sustancial de sus ciudadanos y grupos sociales políticamente activos.

Sólo una concepción Ética de la política puede servir de base al consenso entrecruzado puesto que en ella los principios y valores políticos constitucionales son los suficientemente amplios como para integrar y superar los valores que entran en conflicto. Esos macrovalores gobiernan el marco de la vida social y especifican los términos fundamentales de cooperación social y política que este liberalismo consensual intenta sintetizar y sobre los cuales los ciudadanos, desde su plena libertad de conciencia y perspectiva omnicomprehensiva, concilian con sus valores políticos y comprehensivos particulares.

Hans Küng, señala que una economía global necesitaba una ética global. Pero, lo que no mencionó, es cuáles deberían ser las reflexiones a las que deberían someterse las ciencias económicas. En primer lugar la primacía de la política frente a la economía, donde la economía no debe funcionar únicamente al servicio de la autoafirmación estratégica, presuntamente racional, sino más bien al servicio de objetivos ético-políticos superiores. Al mismo tiempo la primacía de la ética frente a la economía y la política. Por fundamentales que sean la economía y la política, no dejan de ser dimensiones particulares del contexto vital de hombres y mujeres que han de subordinarse a la intangible dignidad del ser humano, garantizando sus derechos y deberes fundamentales.

La economía mundial entre el estado de bienestar y el neocapitalismo

En el capítulo VI. Luces y sombras de la globalización, Küng establece el balance de la que es la globalización para su conocimiento.

Ante todo la globalización es una revolución mundial de las estructuras económicas producto de las invasiones a las sociedades americanas en el siglo XVI: el mercado mundial se origina por primera vez en la historia, y es nuestra América Latina, México y Perú principalmente, los que entregan la riqueza metálica, el dinero y aun las monedas ya producidas, para la realización de tal mercado mundial, que por primera vez unifica Europa, América, África y Asia. Se afianza con la industrialización del siglo XVIII, dando una repartición internacional del trabajo[16]16. Pero fue en la Europa del siglo XIX cuando se consolido mundialmente la globalización de la economía:

- mediante la liberalización del comercio exterior[17]17 por principio del sistema preferencial y el patrón de oro.

- El intenso desarrollo de la tecnología de las comunicaciones.

Es decir, la globalización es inevitable[18].

La globalización es un proceso ambivalente:

- abarata costos, por eficiencia y extiende el consumo masivo.

- Apertura de mercados mundiales.

Pero

- la interconexión global del mundo afecta sólo a determinados ámbitos de la vida, a otros no.

- La utilización de mano de obra barata

- La exportación agraria industrializada y otras inversiones de los países desarrollados destruyen puestos de trabajo en países subdesarrollados

- Los nuevos global players financieros crean neurosis bursátiles y turbulencias monetarias casi incontrolables.

- Las transnacionales se sustraen al control de los Estados

- Un extensión global de los problemas ecológicos, etc.

- Finalmente, también se globaliza el crimen organizado[19].

La globalización es imprevisible:

La economía es un proceso abierto: resultado de la constante actuación humana. Así resulta casi imposible predecir con cierta exactitud cuáles van a ser no sólo los principales efectos expresamente buscados de la globalización, sino también los efectos secundarios no buscados, porque depende de la constancia de las condiciones sociales.

El «efecto domino»: pequeñas perturbaciones del sistema, al principio apenas observable, pueden provocar con el tiempo cambios dramáticos.

Sin duda, se pueden prever ciertos resultados puntuales debidos a la globalización, pero no es pronosticable la totalidad del fenómeno.[20]

La globalización es gobernable:

El mercado puede fracasar como instrumento de regulación, por eso es necesario que intervenga la política y su función ordenadora; y las regulaciones sólo se habrían producido «como respuesta a las quiebras».

Si en el actual proceso de globalización se impusiera el criterio del lucro, habría que contar con severas crisis y conflictos sociales:«un desmantelamiento del Estado social conduciría más pronto o más tarde a una reacción contra la economía de mercado y contra el orden que la sustentan»[21]

No se trata de procesos naturales[22], sino, en principio y dentro de cierto límite, de fenómenos gobernables, además no sólo se trata de cuestiones de economía, sino también de cuestiones de la sociedad en su conjunto.

Una reflexión sobre un minimun necesario con respecto a determinados valores éticos, reglas y actitudes fundamentales que pueda obligarse todos en la estabilidad financiera, también ha de tener vigencia global una consenso ético fundamental para poder garantizar de algún modo una convivencia pacífica.

- La globalización de la economía y la tecnología exige una dirección global mediante una política global.

- Pero la economía, la tecnología y la política globales exigen fundamentación mediante una ética global.

- La política mundial y la economía mundial exigen una ética mundial.

El Estado de Bienestar en crisis

Küng constata que la economía planificada socialista ha sido abandonada, tanto en la Europa oriental como en China, por el partido laborista ingles y por los sindicatos alemanes. Asimismo, el estado de bienestar se halla en crisis, no solo a causa de la globalización, sino porque se ha vuelto insolvente.

El modelo Sueco:

Suecia creó un Estado de bienestar que amparaba a sus ciudadanos «desde la cuna hasta la tumba» y que funciono magníficamente entre 20 y 30 años, en una combinación casi única de crecimiento económico, pleno empleo y estabilidad monetaria. Hasta que comenzó a disminuir el crecimiento económico y aumentar el desempleo. La recaudación de impuestos disminuyo y el gasto social se mantuvo, lo que causo el déficit fiscal.

Reforma del Estado de bienestar:

- El Estado no puede gastar más de lo que puede recaudar vía impuestos moderados.

- Es necesario reducir la burocracia estatal.

- Un puesto de trabajo no puede costar más de lo que produce

- El que trabaja debe ganar más que el que no trabaja.

- Lo que garantiza a largo plazo mayor nivel de vida y paz social no son precisamente más altas prestaciones sociales del Estado a los ciudadanos, sino un crecimiento económico sostenido, más puestos de trabajo y mayores ingresos reales.

El neo capitalismo tampoco es la solución.

Porque:

- La mano invisible del mercado, que funcionaría en principio para el bien de los cuidadnos y garantizaría un progreso constante, esta refutada por la realidad.

- Cundo la política del libre mercado se convierte en un fin en sí misma suscitara necesariamente fuerzas sociales de reacción.

- Cuantos más puestos de trabajo se supriman o exporten, tanto más se quebrará la confianza en la seguridad económica y en la estabilidad adquisitiva.

- Regular exclusivamente para lograr benéficos a corto plazo supone poner en peligro las posibilidades futuras de crecimiento y descuidar totalmente el factor de lealtad.

El modelo estadounidense:

Éxito:

- La creación de puestos de trabajo

- Estabilizo el desempleo alrededor del 5%

Correcciones:

- Horrendas diferencias en ingresos y recursos.

- Aumento de los despidos masivos, ponen en peligro la paz social.

¿Sólo búsqueda de ganancias?

La economía neocapitalista estadounidense postula:

- un mercado libre totalmente desregulado, es algo absolutamente positivo al largo plazo proporcionara a todos los interesados una vida mejor.

- El único criterio adecuado de las decisiones empresariales sería que el capital invertido produzca ganancias. Cualquier consideración al «bienestar», cualquier «responsabilidad del empresario» y cualquier «beneficio social» no harían, sino entorpecer la racionalidad inmanente al mercado.

Aunque eficaz en el corto plazo, actúa en el largo plazo como:

- Encubridora: el crear nuevos puesto de trabajo, no es dejar de percibir beneficios; el aumento de benéficos proviene del crecimiento y no de a reducción de personal.

- Antisocial: esa política capitalista destruye las fuerzas de cohesión social para la conservación de la sociedad, ninguna economía es viable sin un mínimo de comunidad o consenso social.

- Ilusoria: lo que decide a largo plazo sobre la calidad de una situación económica no es el lujo del consumo, sino una infraestructura mejor, mayor seguridad, medio ambiente en buenas condiciones y sobre todo el «capital humano», unas fuerzas laborales formadas en las que sería preciso invertir.

Reflexión crítica:

- Por una parte, violencia distributiva[23], violencia económica[24], pobreza la más alta de todos los países industrializados, la más baja participación en las elecciones, muestran las debilidades de la sociedad estadounidense

- Libertad personal y espíritu emprendedor, libertad de opinión y reunión, universidades prestigiosas y reconocimiento a las minorías, bajas cargas de impuestos y gran compromiso voluntario en el ámbito social, constituyen los puntos fuertes de los Estados Unidos.

El problema no está aquí únicamente, sino también en las ciencias económicas, responsables en muchos aspectos del rumbo de la economía.

Comentarios críticos de la relación entre economía y ética

en Hans Küng.

Küng nos dice «La democracia – presuponiendo una actuación económica en beneficio propio- ha de entenderse más bien éticamente: como un contrato social (en el sentido de Kant) justo para todos»[25], y continua diciéndonos: «Partiendo de esta base, una política racional no procura unilateralmente la mayor libertad posible de cada individuo, sino-[...]- también la justicia en las realidades sociales»[26]. En lo que sigue de su argumentación se pierde en un mar de disgregaciones más o menos irrelevantes[27].

Presupuestos para entender a Küng:

La democracia capitalista es un sistema social que opera con un doble criterio: el sistema político predica igualdad pero el sistema de mercado genera desigualdad. Una característica de la democracia capitalista es que el sistema político distribuye derechos de manera igualitaria. Esto implica derechos deberían mantenerse fuera del sistema de mercado y, así, dejen de ser mercancías[28]. Estos derechos usualmente no sólo incluyen derechos políticos[29], sino también derechos económicos, tales como la educación y la salud pública[30]. Estos derechos establecen límites a la pobreza. Obviamente, estos derechos son bienes públicos. La democracia capitalista es capaz de solucionar el problema del doble criterio al asignar algunos de los escasos recursos de la sociedad a la producción de los derechos como bienes públicos. Una democracia capitalista opera con instituciones políticas y de mercado, con derechos y mercancías; con bienes públicos y privados. Con estos principios la democracia capitalista es capaz de operar. Así, el mercado puede operar con una competencia implacable, pues el problema de la desigualdad ya ha sido acotado.

Entonces el contrato social como un acuerdo implícito entre los miembros de una sociedad para tolerar la desigualdad, pero sólo hasta cierto límite. Cuando la distribución económica se convierte en injusta[31], el contrato social se rompe. Bajo esta situación los afectados parecen invocar la cláusula rebus sic stantibus y ejercitan su derecho a la cancelación del contrato.

La violencia social implica, inestabilidad social. Y debido a que en estas condiciones la sociedad se hace ingobernable, la violencia conduce a la inestabilidad política.

El equilibrio social requiere que la distribución económica sea aceptada socialmente. Una condición necesaria para que exista el equilibrio social es que la desigualdad pueda variar dentro de ciertos límites solamente, es decir, se establece un equilibrio distributivo.

Una democracia capitalista enfrentara una crisis distributiva cuando la distribución económica resultante del proceso económico y político esté fuera del rango del equilibrio distributivo; es decir, cuando esta distribución económica no sea aceptada socialmente y por lo tanto, modifique el funcionamiento normal de la economía.

A un observador de la democracia capitalista la actual distribución económica puede parecerle «mala», «horrorosa» o «inaceptable». Pero este es un juicio moral valorativo de ese observador. La crisis distributiva no se basa en un juicio moral valorativo sobre el funcionamiento de la economía capitalista; se basa, más bien, en una teoría sobre cómo funciona la economía capitalista.

La desigualdad excesiva conduce a la ineficiencia económica:

- existe posibilidades para el intercambio que son mutuamente beneficiosos para los individuos; sin embargo, esos intercambios no son realizados porque la sociedad está en crisis

- la inversión privada cae a pesar de la existencia de ganancias, por el temor a la inestabilidad.

Debido a que el mercado no contiene mecanismo automáticos que eviten la crisis, Küng nos sugiere que se establezcan mecanismo institucionales como reforma del marco condicionante; algo así como un contrato social mundial, «que se funda en un consenso básico sobre derechos y deberes humanos universales, y en el que ciertamente no todo hombre sale ganando de antemano, pero cada uno es reconocido fundamentalmente como persona y sujeto de derechos»[32]

En resumen, la caída del Muro de Berlin produjo el desplome de la ideología que sustentaba el contrapeso al sistema capitalista. Alemania procedió a su unificación política, la Unión Soviética se resquebrajaba y el planeta se rendía ante los nuevos dirigentes que habían salido triunfadores de una lucha diseminada en todos los sectores sociales durante 45 años. Por fin, Ronald Reagan y Margaret Thatcher habían cumplido sus sueños, aunque no estarían en el púlpito de los condecorados.

Por eso hoy en día, pocos radicales demandan la revolución. Küng la consideran una quimera peligrosa. Marxistas analíticos y teóricos críticos rechazan a la par los elementos hegelianos, los elementos teleológicos de las versiones marxistas de la teoría revolucionaria. Los demócratas radicales subsumen el socialismo en la democracia y subrayan la continua expansión de derechos democráticos que no rompen estructuralmente con el capitalismo. El acento en el potencial de la sociedad civil va asociado a un repudio de la revolución.

Küng como demócrata radical nos ha planteado la expansión de derechos democráticos hasta convertirse en derechos humanos sin romper estructuralmente con el capitalismo; pero esa expansión de derechos, trae consigo el conflicto con los intereses creados, pero Küng guarda silencio, porque su meta es sólo evitar la instabilidad social, las crisis financieras. Su dialogo es más con los liberales, con los empresarios, pero no explicita la primacía de la ética sobre la política y la política sobre la economía.

Una vez más me impresiona la cantidad de información que maneja Küng como la síntesis de mitades tan dispares que plantea.



[1] Küng, H. Una ética mundial para la economía y la política. México: F. C. E., 1997. p. 9

[2] Küng, H, Op. cit., p.12

[3] Cf. Küng, H, Op. cit., p. 13

[4] No existe el individuo solitario del liberalismo clásico. El hombre que vive sólo es un Dios o una bestia.

[5] Kant, I. La religión dentro de los límites de la mera razón. Madrid: Alianza, 1969, p. 9

[6] Kant, I., Ibid. No puede sino referirse a la conscunspicentia o libidine aguistiana, como fruto del pecado original

[7] Kant, I Ibid.

[8] Kant, I. Op, cit., p. 35

[9] Kant, I. Op, cit., p. 93

[10] Kant, I. Op, cit., p. 95 . Aquí habla de un «estar comunitariamente bajo leyes de derecho público»

[11] Kant, I. Op, cit., p. 97

[12] Kant, I. Op, cit., p. 99

[13] El realizar la iglesia invisible es el lema del joven Hegel. Por el contrario el joven Marx hablara del «demonio corpóreo»(La Sagrada Familia. México: Grigalbo, 1967, p.86), o de la «divinidad visible»(Manuscritos del 44, Madrid: Alianza,1968, p.179)

[14] Kant, I. Op. cit., p. 101. Considérese la «comunidad ideal» de comunicación y la «real» en el pensamiento trascendental Karl-Otto Apel, en referencia a estas reflexiones kantianas. O también el «Reino de la libertad» de Marx, cuando Kant escribe: «Esta representación de una narración histórica del mundo venidero[...] que es un bello ideal de la época moral del mundo[...] que nosotros no alcanzamos con la vista como consumación empírica,[...] sólo en el continuado progreso y acercamiento al supremo bien posible en la tierra [...] La aparición del Anticristo[...] puede adoptar ante la razón su buena significación simbólica [...Empero] ‘el reino de Dios no viene en figura visible’ (Luc. 17, 21-22)»( Kant, I. Op. cit., pp. 137-138). Para Marx, la «visibilidad» del demonio (en la circulación fetichizada) es siempre al mismo tiempo el Anticristo. Para la tradición judía, Dios es siempre invisible e innombrable: «el Nombre(hashem)».

[15] La teología que se produce en los países excluidos es mucho más crítica y más ecuménica. Además, Küng llega la absurdo de decir «que él [Jesús] no pidió a su seguidores la expropiación de los ricos, [...]ni la total renuncia a la propiedad» (p.319) Cf. Luc. 6, 24-25; 12, 13-21; 16, 19-31; 18, 18-26.

[16] Que según Galeano: «la división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder»(Venas Abiertas de América latina. 49ª ed., México: Siglo XXI,1987, p.1)

[17] Por ejemplo la guerra del opio y la apertura de los puertos del Japón por la armada norte americana

[18] Küng, H . Una ética mundial para la economía y la política. México: F. C. E., 1997. pp. 221-222

[19] Küng, H . Op. Cit., p.223-225

[20] Küng, H . Op. Cit., pp. 227-229

[21] Küng, H . Op. Cit., p. 231. Lo cual no explica que tenga de malo reaccionar «contra la economía de mercado y el orden que la sustenta». La frase sonaría así: excluidos del mundo unios contra la economía de mercado y el orden que la sustenta porque no tiene nada que perder, salvo su exclusión.

[22] Ibid. No entendemos a que se refiere Küng, cuando insinúa que Marx opinaba que los fenómenos económicos eran procesos naturales.

[23] La tasa de crímenes, presos

[24] trafico de drogas

[25] Küng, H. Op.Cit, p.285-286

[26] Ibid.

[27] La irrelevancia es de acuerdo a lo que estemos buscando.

[28] En los hechos claro está, el poder del dinero transgrede en algo este principio.

[29] Libertad de expresión, el derecho al voto

[30] y el seguro de desempleo

[31] no socialmente aceptable

[32] Küng, H. Op.Cit, p. 286

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