domingo, 10 de mayo de 2009

LA ONTOLOGÍA FUNDAMENTAL DE MARTIN HEIDEGGER

Javier Hernández

Como tormenta tempestuosa la filosofía alemana ha devastado al mundo con sus genios. Uno de ellos, surgido de un mar hirviente, de una efervescencia de ideas, debates y polémicas, intentó un replanteamiento radical de los problemas filosóficos. Y debía hacerlo desde su tema medular: el Ser. Sea aceptado como tal o negado (el positivismo) el Ser siempre es problemático, al punto de ser un enigma y rozar al misterio. Ser y Tiempo pretende echar algo de luz sobre la oscuridad, tinieblas y misterio que envuelven al ser, para ello su primer y más caro esfuerzo el planteamiento adecuado y correcto de la fundamental pregunta ¿Qué es el Ser? Esto es lo central, y de manera secundaria plantear la temporalidad como horizonte de sentido para toda comprensión del Ser.

Cual bellas columnas griegas que sostiene una sólida estructura tenemos la pregunta por el Ser y el Tiempo como horizonte de comprensión. En base a la primera y más ambiciosa meta es que se esboza y elabora el proyecto de ontología fundamental, el cometido principal de nuestro presenta escrito. Para explicarla nos detendremos en el por qué de la pregunta por el Ser ¿cuál es su necesidad? ¿Sólo la de rememorar una venerable tradición que viene desde los griegos? o ¿es que hay también una imperiosa necesidad en el orden cognoscitivo y epistémico que nos reclama mayor claridad que hace remontar a la pregunta por el Ser? Heidegger va a pensar esto último, cree que la pregunta ontológica es la más fundamental y concreta, por ello su repercusión, influencia y demanda en el plano del conocimiento. A este requerimiento del conocimiento para la temática del Ser, Heidegger la llama “Primacía Ontológica de la pregunta por el Ser”, veamos ahora cómo se configura.

Heidegger nos explica: “Ser es siempre el ser de un ente. El todo del ente, según sus diferentes sectores, puede convertirse en ámbito del descubrimiento y la delimitación de determinadas regiones esenciales”[1]

Es decir, que de entrada nos coloca la relación indisoluble de Ser y ente, que el Ser lo es siempre del ente, esta determinación es esencial. Luego la totalidad del ente (ente determinado por el ser) es distinguida por sus particulares características, es decir, los entes no son homogéneos, tiene peculiaridades propias y en base a estas tenemos sectores de entes que son susceptibles a la investigación, delimitación y descubrimiento científico, que precisa la demarcación del sector del ente en su región esencial. Lo que se trata de explicar es lo que en cualquier lección de metafísica se hace al trazar sobre la pizarra un círculo que es la totalidad de los entes, luego al círculo se lo divide con líneas verticales y horizontales, los cuadraditos formados así son los sectores de entes, es decir, las regiones esenciales.

Heidegger menciona como regiones esenciales a la historia, la naturaleza, el espacio, la vida, el Dasein, el lenguaje, etc., estos pueden ser tematizados por la ciencia pero advierte de la limitación científica: “la investigación científica realiza ingenuamente y a grandes rasgos la demarcación y primera fijación de las regiones esenciales”[2]. Es decir, la ciencia no hace un trabajo ontológico suficiente, ello se nota en la construcción de sus conceptos principales de sus estructuras fundamentales que “…ya ha sido, en cierto modo, realizada por la experiencia e interpretación pre-científicas de dominio de ser”. Esto alude a la historia previa de la ciencia[3] , que antes de consolidar su paradigma y entrar en el proceso de la ciencia normal ha tenido previamente toda una lucha polémica entre diversos modelos de ciencia, recuérdese de las disputas entre la alquimia y su teoría del flogisto contra la química moderna. Como Heidegger lo señala en estos momentos pre-científicos son de muchísimo valor en la apertura ontológica de la región esencial de la ciencia.

Tenemos que la demarcación y la fijación de las regiones esenciales han sido hechas a grandes rasgos por la ciencia, insuficientemente. Y además la elaboración de las estructuras fundamentales de la región esencial es realizada por la experiencia e interpretación pre-científica del dominio del Ser que define la región esencial misma. De la demarcación y las estructuras fundamentales surgen los “conceptos fundamentales” de la ciencia como los hilos conductores para la primera apertura concreta de la región.

He aquí que se nos permita una nota marginal que compara a Heidegger con Kuhn, cuando respecto al desarrollo de las ciencias dice: “el verdadero movimiento de las ciencias” se produce por la revisión más o menos radical (aunque no transparente en si misma) de los conceptos fundamentales. El nivel de una ciencia se determina por su mayor o menor capacidad de experimentar una crisis en sus conceptos fundamentales. En estas crisis inmanentes de las ciencias es necesario para que se pase de un paradigma a otro y se produzca un progreso pero de carácter no acumulativo sino más bien en base a criterios pragmáticos. Como se señala esta crisis de la ciencia la acerca a la filosofía para reelaborar sus conceptos, pero jamás lograra plena claridad si no profundiza en su raíz ontológica.

Así pues tanto para Heidegger como para Kuhn el desarrollo de las ciencias es una interesante autocrítica que se centra en los conceptos fundamentales y/o paradigmas. Por ello las ciencias más desarrolladas serán las que mayor cambio de paradigma haya experimentado, como por ejemplo la física con sus tres revoluciones: Tolomeo, Copérnico, Einstein. La tercera línea es de capital importancia para distinguir a ambos filósofos. Para nuestro ontólogo la crisis lleva a un “tambaleo” de la relación entre la investigación y los fenómenos, mientras que para el epistemólogo en ese punto hay una ruptura total de una investigación regida por un paradigma a otro allí se produce lo que él llama “la inconmensurabilidad de paradigmas”[4] . Tan grave es el asunto que se llega a decir que Aristóteles y Galileo viven en mundos diferentes. Esta tesis radical y extrema de Kuhn ha sido criticada de diversas maneras, pero aquí podemos agregar la falta de unidad ontológica en del desarrollo de la historia de la ciencia. Es el ser y su apertura en una región esencial científica la que posibilita uno u otro paradigma, que uno desplace a otro. Es sobre la base de la “verdad del ser” que se abre el espacio para esas revoluciones.

Cabe también además decir que esto es imposible para Kuhn pues pese a sus esfuerzos de la ontología de la cosa, la fuerza aplastante de la tradición filosófica y occidental. La ontología de la cosa se filtra y se presupone en todos los paradigmas, al presupocisión metafísica de la cual la ciencia no puede desligarse. El pragmatismo veritativo de Kuhn es solo una modificación no esencial de la cosidad imperante en las ciencias. El trabajo de revisión histórica de las ciencias por muy provechoso y profundo que sea es ciego y nos lleva a un callejón sin salida (la inconmensurabilidad) sino toma en cuanta el problema y el análisis ontológico, sino toma en cuanta la problemática de la pregunta por el ser, es decir, la relación entre metafísica y ciencia. Como mostramos se puede echar luz sobre Kuhn con Heidegger.

Volviendo a la explicación de la ontología fundamental, tenemos que Heidegger menciona las crisis en las ciencias de su época, que en buena cuenta es crisis de fundamentos. Menciona a las matemáticas, la física, la biología, las ciencias del espíritu y de manera sorprendente a al teología, exaltando la figura de Lutero y en pro de una teología que comprende de manera originaria la Fe. Esto es una nota importante para repensar la condición de Heidegger como pensador ateo, denominación dada por sastre en su famosa conferencia.

En este pasaje se señala el problema ontológico de cada ciencia, es decir, al naturaleza de ser de la región esencial llevada a investigación.

Heidegger recalca que “los conceptos fundamentales son aquellas determinaciones en que la región esencial a la que pertenecen todos los objetos temáticos de una ciencia logra su comprensión preliminar, que servirá de guía a toda investigación positiva”[5]. Es decir, los conceptos fundamentales concretan los conceptos y temas, para la investigación científica, creemos que el término paradigma se puede acoplar a esta noción. Pero este paradigma, conceptos fundamentales, adolece de insuficiencia ontológica, “por ello Heidegger propone (una) genuina justificaron y fundamentación únicamente a través de la previa investigación de la región esencial misma.

La ontología fundamental, a través de la primacía ontológica de la pregunta por el ser, tiene como objetivo clarificar y enriquecer el aparato conceptual científico, es decir, hacer de las ciencias, un saber fundado en base a una unidad que le asegure su rigor y objetividad. Tal unidad le da la pregunta por el Ser. Esto es obvio si consideramos que las ciencias trabajan con entes, y los entes son los que son por su vinculación con el Ser. Las ciencias se quedan en el plano de los entes, su preguntar apela a la cosa, por ello es natural y hasta una exigencia que se plantee una indagación por el Ser. Por encima del preguntar óntico de las ciencias. La investigación ontológica esta por encima de las ciencias y su pregunta es más originaria y fundamental.

Como podemos apreciar la investigación de Heidegger no va de ninguna manera, al menos intencionalmente, contra la objetividad científica en base a una ontología que clarifica al ente de cada región respecto a su ser, determinando así su objetividad. Pero por el hecho de que el preguntar ontológico es superior, se tiene que los argumentos científicos nada tienen que corregir a la ontología, por así decirlo están en lenguajes distintos. Es que sus temas son distintos, el ente y el ser, y tan separados como estos, hay que cuidar de no confundir los planos y caer en una reducción al saber científico. A pesar de que Heidegger cree en la efectividad del saber científico, no por ello reserva sus críticas frente a “la lógica zaguera” que ha usurpado el puesto de la ontología. Y su vacuidad de contenido se infiltra en todas las regiones del Ser. La lógica para Heidegger va a ser una ciencia con al cual esté en frontal ataque, pues la considera mayor hechura de la ontología de la cosa. La de mayor tendencia cosificante, así como su alejamiento radical del plano concreto del mundo de la vida.

La ontología fundamental pretende fundamentar ontológicamente el saber científico. Pero he aquí que el modo en que lo va a intentar es cuestionable y deja muchos insatisfechos. Heidegger dice que “la ciencia en general puede definirse como un todo de proposiciones verdaderas conectadas entre si por relaciones de fundamentación”[6]. Pero ello no alcanza a definirla toda y por ello agrega:”en cuanto comportamiento del hombre, las ciencias tiene el modo de ser de este ente (el hombre). “es decir, las ciencias son producto de la actividad humana, están determinadas por el modo de ser humano; la ciencia tiene un carácter humano, y no podría ser de otra forma . por ello el estudio de la objetividad y rigor de las ciencias, es decir, su fundamentación que asegure su cientificidad va a recaer ahora en el estudio de la vida humana, de la existencia humana; ello se hace inteligible si comprendemos a cabalidad que el hombre es el que hace ciencia.

Así pues la ontología fundamental recae en la analítica existencial del Dasein. Esta última consiste, en líneas generales, en desentrañar las estructuras de la existencia humana. La estructura existencial más importante y originaria es “el- estar- en- el- mundo”, condición permanente de nuestra vida. Este existencial tiene tres momentos: el mundo, como el horizonte de sentido y significado desde el cual el hombre de manera natural se interpreta. Luego tenemos el ¿Quién es en el mundo?, que revela el fenómeno de la publicidad y la perdida en el uno, es decir, en la impersonalidad de la masa, en donde encontramos que nuestra existencia es inauténtica, es decir, que los otros nos han robado nuestras determinaciones mas propias . Por ultimo tenemos el “estar- en” como tal, es decir, la condición de familiaridad y de apertura que desde siempre tenemos con el mundo. La apertura fundamental se da en la comprensión, la disposición afectiva y el fenómeno del lenguaje, y todo ello en conjunto nos revelan la condición de arrojado y la caída del Dasein, es decir, la existencia humana es como un torbellino que nos precipita al vació, es un estar cayendo, un estar arrojado, esta es la existencia humana inauténtica.

En el estar siendo de la vida humana aparece el existencial que unifica el estar-en-el-mundo, lo unifica porque es la esencia de Dasein. Lo que el hombre es se puede designar como cuidado, es decir, la condición de “un proyectarse estando- ya- en-medio-de-los-entes”. Es decir, un andar preocupado y ocupado por el futuro, ello desde el presente y considerando siempre el pasado. Por ello tenemos que a su vez a esencia del cuidado nos remite a la naturaleza del tiempo, el segundo gran tema de “Ser y tiempo”. Heidegger desde el inicio se preocupaba por desligar su comprensión de tiempo de la tradicional. El tiempo se ha entendido de manera cósica, al representarlo por una línea con una dirección, como si tuviera un sentido ya definido. Es decir, el tiempo se ha especializado y geometrizado, pudiéndolo, por ello, continuar a nuestro gusto.

Pero después de la elaboración de la “analítica existencial del Dasein” el tiempo se enfoca desde la esencia humana del cuidado, es decir, se privilegia el tiempo de la cotidianidad, el tiempo que enumera la existencia humana en su significado más familiar. Para Heidegger el tiempo es un estar-fuera, es decir un éxtasis temporal. Desde esta perspectiva el tiempo fluye desde el futuro, desde los proyectos que el hombre se hace y la manera como los asume. Todo este análisis se queda en el tiempo del Dasein, es decir, en el tiempo cotidiano, hace falta el salto al tiempo del Ser. Este tema lo constituye el capitulo inconcluso de Tiempo y Ser.

Desde el carácter de inacabado de “Ser y Tiempo”, la falta del capítulo de Tiempo y Ser, vemos que el proyecto de ontología fundamental queda truncado programáticamente y sistemáticamente, es decir, de manera explicita no se alcanzó la fundamentación requerida. Pero bien parece que de manera implícita están todos los elementos para juzgar la suerte de la ontología fundamental, es decir que con lo ya alcanzado se puede apreciar lo viable de un proyecto como ese. Las dos consideraciones más importantes para la ontología fundamental son: el problema de la verdad y el problema de la realidad. Después de estos logros de Heidegger tanto la filosofía y al ciencia no pueden volver a ser las mismas, es decir, seguir trabajando bajo la indeterminación y miopía ontológica. En el caso de las ciencias es palpable que en su trabajo sigue bajo las consideraciones tradicionales de la verdad como adecuación del intelecto a la cosa y de la realidad como algo externo contrapuesto a algo interno que es el sujeto, la conciencia. La investigación ontológica de Heidegger se encarga de mostrar que ambos temas y problemas descansan en al base de una comprensión e interpretación del ser que ha venido a permanecer natural y ha pasar por toda la historia de la filosofía sin que se le haga ninguna critica por su sentido. La obra de Heidegger comienza esa crítica indagando por el sentido del Ser.

Observaciones críticas

Por Hernández Soto, Javier Eduardo.

En base a lo anterior, y en lo que respecta a un tema más general vienen las siguientes notas “críticas”, al menos así lo intento:

1 .Antes de aceptar los planteamientos y problemas propuestos por Heidegger hay que considerar la legitimidad del preguntarse por el ser. Existe un argumento de cuño positivista que quiere reducir al ser a un sin sentido es decir verlo como un incorrecto uso del lenguaje .El ser es un verbo intransitivo, es decir que tiene valor propio, no se lo puede hispotatizar.

Desde Kant y todos los positivistas han considerado que el ser es un termino mal empleado .Pero habría que ver cual es la naturaleza y fuerza de los sin-sentidos .Ludwig Wittgenstein , un filósofo al cual el positivismo debe mucho , llego a una comprensión más alta del problema de los sin-sentidos. En su Tractatus nos muestra la necesidad de estar en el plano de lo que no se pueda decir, es decir lo mas valiosote la vida. Es decir el sin-sentido originario fundo el sentido de nuestras proposiciones. Pero el tema se muestra de manerazas reveladora en “La conferencia sobre ética “donde Ludwig describe aquellas experiencias vividas, reales y profundas pero que son indecibles, es decir que rebasa el lenguaje ordinario .Una de esas experiencias es la de una existencia absoluta, es decir, el sentirse existiendo y que no podría ser de otra manera, pero ello es sin –sentido pues sentir la existencia así implica la pregunta metafísica ¿por qué existe algo y no mas bien la nada? Es decir tratar siquiera de formular esos temas nos lleva al sin-sentido, pero como el reconoce valioso .Y acaba diciendo sobre el particular de los sin- sentidos, en su el ético peor como hemos apreciado es de raíces ontológicas “es un testimonio de una tendencia de la mente humana que, personalmente, no puedo evitar respetar profundamente y que no ridiculizaría por nada del mundo”.

Wittgenstein no puede plantearse el problema de la existencia del ser justamente porque para plantearlo requiere de la lógica, viciada de la tradición y de la ontología de la cosa. E s decir que desde una perspectiva formal, vacía sin contenido, no se pueda aprender un problema tan concreto y vivo como el problema del ser .Kierkeergard ya había notado la insuficiencia de la lógica frente ala existencia .La lógica como cualquier otra perspectiva es limitada y parcial , solo el problema del ser , por su carácter de misterio radical nos abre la vía para todas las perspectivas .Así pues es confundir planes ver al ser solo como un termino mal empleado , como un sin-sentido, aparece así tan solo porque la lógica y la gramática no alcanza a comprender su naturaleza particular y lo peculiar de su constitución que rebasa en mucho la constitución óntica de la lógica y de las ciencias positivas .Por ello el ser no es un sin- sentido masen todo caso es un sin –sentido fundamental y originario que exige algo mas que una lógica cosificante .Así pues el problema del ser alcanza su legitima comprensión cuando consideramos que la lógica , la gramática y todos los argumentos semejantes y en parten a su vez de una ontología implícita , es decir el problema del ser merece una comprensión propia que no deba nada al plano de los entes.

2.Una de las insuficiencias de la temprana obra de Heidegger esta en base al contexto histórico , social y político en el que se enmarca .Es decir es ajeno a la interculturalidad , porque solo toma como tema de estudio el desenvolvimiento filosófico espiritual de occidente ; no existe ninguna consideración para las grandes tradiciones orientales y mucho menos para América .Y ello no debe ser leído como una nota gratuita o accidental ,sino con respecto ala vinculación política que tuvo con el nacionalismo , es decir averiguar cual es la proporción euro-centrismo y nazismo en la obra de Heidegger examinar cuanto modifica esta los problemas , en particular los vinculados al hombre .Yo creo que el estar ajeno de la perspectiva intercultural constituye una fuerte limitación en la analítica del Dasein pues no es tan universal como se muestra , pues bien sabemos que la condición de arrojado y la caída solo es posible para una sociedad que ha ingresado a una fase capitalista de producción que ha modificado las relaciones sociales entre individuos.

3. También es problemática la indecisión de Heidegger respecto a los juicios morales y axiológicas .Es decir sabemos que en “Ser y Tiempo” hay dos tipos de existencia, la inauténtica y la autentica, para cualquiera es obvio que la existencia autentica es mucho mejor y de mas valor que la existencia inauténtica, pero el caso es que Heidegger siempre se reserva esta opinión, y se considera que en el mismo plano, es decir que son dos fenómenos igual de originarios. En ese sentido el existencialismo esta un paso adelante cuando proclamo un proyecto ético en base a la existencia autentica, yo creo que la indecisión heideggeriana frente a los juicios de valor se debe a la consigna fenomenológica de mantenerse neutro, objetivo e imparcial en el análisis, pero como Heidegger mostró ello no es una posibilidad del hombre, si tal es el caso porque no se valora la vida autentica, y con ella la apuesta por el problema del ser.

4. “Ser y Tiempo” adolece, a mi juicio, de un privilegio insuficientemente justificado del tiempo sobre el espacio .La consideración del tiempo es de un orden crucial para la indagación ontológica ¿Por qué no así el espacio también? Yo considero que las razones son culturales .Europa en el siglo XIX y en el XX ha alcanzado plena consciencia de su historicidad , de la condición temporal de las creaciones y demás, pero le falta conquistar de igual manera el horizonte horizontal de las culturas que un mismo tiempo conviven en el espacio natural llamado mundo .El espacio de una cultura es su mundo , es decir algo que no podemos subordinar a otro mundo mas desarrollado .Esta conciencia de horizontalidad cultural le falta a Heidegger en base a su insuficiente noción de espacio que en lo general se halla limitada por la cotidianidad , por la existencia humana .Ello es así, pero no pudiera ser que al igual que estaba proyectado un capitulo con el titulo de tiempo y ser, no un capitulo de espacio y ser.

5. Una grave inconsecuencia de “ser y tiempo” es la oscuridad y ambigüedad frente a los temas religiosos .Ello a pesar de la notable influencia de San Agustín, Confesiones libro X para la construcción de las características mas importantes de la caída y condición de arrojado. E s decir la indagación por el ser debería a su vez ligarnos a lo divino, al problema de dios y lo religioso y ello de manera directa, pero esto es algo que no se toca en “Ser y Tiempo”. Para la pregunta sobre si existe dios, en la obra de Heidegger no hay una respuesta clara ni tampoco una toma de posiciones contundente. Al menos yo creo que la religiosidad constructiva del filósofo sigue siendo católica cristiana ,y que no podría ser de otra manera, duda la notable marca del cristianismo en occidente .Tan solo la perspectiva de otras religiosidades puede hacer ver lo mucho de determinación cristiana en su obra ontológica .Y el tema de la religión es de una suma importancia si consideramos que las determinaciones mas importantes del hombre se hallan en su condición pre-ontológica , es decir de modo de comprender el ser que no es conceptual , lo cual nos lleva a las primeras formas de calmar la sed de metafísica , connatural a la naturaleza humana.

6. Se ha criticado cierto antropocentrismo en la obra de Heidegger , y ello es cierto .Pero el hecho esta en que no puede ser de otra manera , es decir que haga lo que se haga , todas las perspectivas que tengamos llevaran siempre la determinación de nuestro modo del ser humano , por ello yo considero que es mejor un antropocentrismo asumido que una visión cualquiera que predica una visión objetiva , que en el fondo obvia tan innegable verdad .La obtención del Dasein , creo que se apreciara mejor si tenemos en cuenta que toda la filosofía de la modernidad fue aun mucho mas antropocéntrica en muchos puntos en primer lugar con la noción de sujeto , luego si radicalización a sujeto trascendental , a espíritu absoluto , para luego venir a condensarse en la formula “amos y dueños de la naturaleza” , desde ese punto el Dasein tiene una radical diferencia , el Dasein esta sometido a la muerte , el Dasein , el centro del mundo muere , muerte que es cierta y segura , que se dibuja con todos sus firmes trazos y sin ocultar nada. Pero para Heidegger el antropocentrismo es asumido como tal pero un modo de superarlo, es decir se lo asume para mostrar hasta donde nos lleva y una vez agotada se plantea el trabajo de tratar de captar el ser, ya no en base a ningún ente privilegiado ni especial, sino de captar el ser en base al ser mismo, es decir se abandona al Dasein como un punto clave en la ontología.



[1] Heidegger, Martin. Ser y Tiempo. Traductor: Rivera Cruchaga, Jorge.E. Ed. Universitaria. Santiago, 1997.

[2] Op. Cit. Pag 32/9

[3] vease: T.S.Kuhn. La Estructura de las Revoluciones Científicas .F.C.E. México, 1982. trad:Contin,Agustin. En particular el capitulo II. El Camino hacia la Ciencia normal.

[4] op.citp. véase cap. X “Las revoluciones como cambios del concepto del mundo”.

[5] ob.cit. Pág.33/10

[6] ob.cit.12/34


3 comentarios:

Jorge D. dijo...

Me alegro de la publicacion del artículo de Javier, primero porque aleja al menos por un momento el tufo politicoide "progresista" estudiantil de las discusiones (que se contradice por su afán de buscar el lobby burocrático); segundo por ser él uno de los estudiantes más abiertos a más perspectivas a través sus años aquí; y tercero porque sirve de base para discutir la tradición sanmarquina, de tinte analítico (casi inexistente ya, pero no por la crítica o la reforma sino por la apatía académica de los últimos años) prefiriendo antes la pregunta primordial sobre la relación entre el ser y el pensar, que no sólo para Hume es la base para toda ciencia y toda busqueda antidogmática.

Fuera de eso, sólo un par de pequeñas críticas que estoy seguro Javier tomará como bienvenidas:

Sobre el punto 2., creo que es algo apresurado hablar de la influencia del nazismo en la visión europeocentrista o helenocentrista de la filosofía según Heidegger. No sólo es la larga data de esta idea, que se puede seguir hasta Hegel cuando menos, sino el hecho que uno de los refuerzos de ésta fueron sus clases con E. Husserl, judío perseguido por los nazis. Si se admite sin más, se corre el riesgo de hacer muy "política" la lectura, lo cual no trae sino prejuicios. Y por cierto, me encantaria que se hiciera una referencia (probabemente la(s) olvide) a algún pasaje en que Heidegger afirme algo similar a que "la condición de arrojado y la caída solo es posible para una sociedad que ha ingresado a una fase capitalista de producción que ha modificado las relaciones sociales entre individuos" para releerlo

Sobre el punto 4., no recuerdo si lo llega a decir exactamente Heidegger, pero en líneas generales creo que él firmaría lo que también dice Kant: el espacio es trascendente, el tiempo es trascendental. La ética (intersubjetividad, más bien) de Ser y Tiempo no deja de ser filosofía de la conciencia: filosofía del Ser desde el Dasein; de hecho el estudio de la interculturalidad (no sola intersubjetividad) que se pide creo que bien podría desarrollarse a partir de la ruptura del flujo de la vida, ya que todo encuentro (o desencuentro) de culturas es al fin y al cabo una crisis. Además, tal como se pide aplicación práctica directa en el mismo libro de la analítica del ser-en-el-mundo, bien se podría pedir una mayor fundamentación o una base más firme para cualquier estudio intercultural fundamental (en tanto filosófico) basado en el hombre práctico no trascendental (siempre se puede acabar basando uno en prejuicios, en algo unilateral)

Sobre el punto 5., estoy de acuerdo en lo interesante del estudio de la religiosidad en una ontología fundamental desde el cuidado (sorge) Heidegger tiene un par de trabajos de mística y filosofía de la religión que terriblemente aún no he revisado; pero de lo que estoy bastante seguro, a excepción de las Upanishads y obviamente del judaísmo, es que ninguna religión mantiene, como la cristiana, en primerísimo lugar una busqueda fundamental del alma desde la intención, más allá de la apariencia (o de lo pre-ontológico, si se quiere) Si bien para muchos el judeo-cristianismo representa un pensamiento dogmático, yo siempre he encontrado algo absolutamente diferente en el libro de Job, que tan mal resumen los protestantes.

Sobre el punto 6., nuevamente y para acabar, como ya dijo Hume en el Tratado, la teoría y la práctica que hagamos sobre el mundo será siempre y obviamente desde el hombre: una vivencia más.

Pedro P. dijo...

Eso de que la Filosofía Analítica esta decayendo me parece algo exagerado, teniendo en cuenta la publicación de la revista Analítica y el trabajo del CESFIA organizando, promocionando y participando en eventos de esa corriente. Por otro lado, una parte importante de la tradición sanmarquina es la influencia del Marxismo en sus diversas tendencias.

Anónimo dijo...

¿CESFIA? Eso no existe. Tiene un un Presidente, Oscar García Zárate, que se tiñe el cabello, usa los textos de bachillerato para sus clase de Seminario de Tesis y manda a hacer sus Tesis de Doctorado y Maestría, un Vicepresidente, David Villena, que fracasa en cuanto concurso se presenta, ex-fundamentalista religioso (que se arrodillaba ante cuanto imagen encontraba en San Borja), acosa alumnos y alumnas, y vive arrimado al lado de un viejo Piscoya que le encanta lo adulen, un grupete de gente, como el despintado de revolledo y un místico, que lo único que saben es de étcia y literatura. ¿Actividades? ninguna este año. Analítica? Una publicación irregular y con demasiadas erratas. ¿Entonces de qué Filosofía analítica habalmos? Otra cosa es el marxismo, que sigue vigente en cualquier sentido.

Carlos Viaña