domingo, 17 de mayo de 2009

LAS IDEAS ESTETICAS DE VINCENT VAN GOGH



Por Javier Hernández

Porque no quiero reproducir exactamente lo que tengo delante de los

ojos, sino que me sirvo arbitrariamente del color para expresar con más

fuerza.

Vincent Van Gogh

En la historia del arte hay una ruptura en la manera clásica, figurativa y realista de expresarse y la manera moderna, no figurativa y abstracta de plasmar las obras de arte. Centrándonos en el caso de la pintura, resulta que es altamente complicado formular una teoría que explique con igual justicia estas formas aparentemente inconciliables de arte. Pese a esta dificultad el presente escrito se centra en la eminente figura de un hombre en la pelan intersección, en le transito del arte antiguo al arte nuevo. Vincent Van Gogh, con su profunda espiritualidad, sabe concentrar lo mejor del arte antiguo y a la vez, sabe salir de sus límites para proyectarse en el porvenir de la pintura como arte abstracto. Creo que se puede decir que Van Gogh rompe el anquilosamiento de una tradición seca y muerta por el academicismo decadente pero sabe también librarse de degenerar el arte en una deshumanización, sin sentido y norte para lo humano que igualmente expresa la decadencia.

El fin del presente escrito es plasmar las ideas estéticas de Van Gohg, es decir las concepciones implícitas y tacitas que subyacen en sus obras. Para ello el documento invaluable es la colección de cartas que escribió a su hermano Theo. Pero antes de ello conviene unas líneas sobre el movimiento impresionista, su contexto y coyuntura; si bien nuestro autor no perteneció a el, ejerció una notable influencia en el y en su obra. El impresionismo surge como reacción, como reclamo de libertad contra las reglas y leyes de la pintura académica. La primera manifestación revolucionaria es el cuadro de Claude Monet “Impresión del sol naciente”, en el cual capta el fenómeno que se nos presenta, lo que se nos aparece de un amanecer en el mar, y lo capta como el lo siente y no como las reglas de la pintura se lo ordenan. Transmite espacio, profundidad, ello en la tenue y calida luz de un sol pequeñito un punto naranja, llamado a nacer y florecer en el cielo de una nueva pintura. Así pues el precepto fundamental del impresionismo esta en plasmar el cromatismo de la naturaleza, es decir la transmisión veraz de la apariencia cromática del mundo, captar la fugacidad, las apariencias, el color de las escenas; por ello los temas favoritos son los paisajes. Con ello se tiene un quiebre en el estilo, en el modo y manera de aproximarse al mundo. Buscando la libertad expresiva se modifican los modos tradicionales de plasmar el color, la luz, la atmósfera, hacer de estos protagonistas de la escena. La aprehensión del impresionismo de lo real es semejante a la nueva consideración del fenómeno en la fenomenología, es decir no como mera apariencia sino como apariencia aparente real. Así pues el impresionismo trabajaría con los fenómenos de la fenomenología, es decir lo que aparece, se muestra, la impresión, es lo real, y ello lo que se lleva al lienzo.

Pero el impresionismo sufrió mucho antes de ser aceptado y entendido por el publico, conformo una legión de artistas innovadores y marginales, siempre rechazados de las exposiciones oficiales. La lucha por el reconocimiento del arte nuevo fue muy ardua. Nuestro personaje fue parte de esa lucha desde su particular e individual modo de sentir. Vincent nació en el seno de una familia de pastores calvinistas, en un pueblecito de Holanda meridional. Paolo Lecaldano nos dice algo sobre el pequeño Van Gogh: “Vincnet es un muchacho huraño, inquieto y solitario;…” rasgos que marcarían su personalidad.

El autor citado nos dice sobre la vida del artista:” A los diecisiete años se emplea en la sucursal de la Haya de la casa parinense de arte Goupil et Cie.” “A los veinte años se traslada a Londres, donde llega tras un breve viaje a Paris y a Bruselas”. Pero es por 1876 que este tipo de vida deja de interesarle y avizora otro horizonte para él. Y creo que en ese momento de su vida se puede acudir a explorar su interioridad por medio de sus cartas. La correspondencia se inicia en Londres, el 20 de julio de 1873.

La primera referencia importante que hace Van Gogh es sobre Millet, sobre su “ángelus del anochecer”, nos dice “es magnifico, es poesía”. Este pintor va influir en lo que respecta a sus ideales sociales, en sus cuadros que muestran campesinos, predicando algo así como un socialismo evangélico. Tengamos también en cuenta la influencia estética de Rembart y de Delacroix.

Para una compresión y exposición de las ideas de Van Gogh he dividido sus pensamiento es temas, sobre el arte como tal y la espiritualidad, su religiosidad, que son indispensables en la creación de su obras, estos temas se irán intercalando. La primera manifestación de sus opiniones sobre la belleza están en la carta del nueve de enero de 1878, Ámsterdam: “C.M. Me ha preguntado hoy si no hallaba hermosa la Phyne de Geróne. Le dije que me agradaba mas mirar a una mujer fea de Israel, o de Millet o una mujer vieja de e.d Frére. Porque ¿qué significa, en suma, un cuerpo bello como el de esta Friné? Esto los animales también lo tienen, tal vez más que los hombres, pero un alma como la que hay en los hombres pintados por Israelí o Millet o Frére: es lo que los animales no tienen ¿y la vida no nos ha sido dada para enriquecer nuestro corazón, hasta el momento en el cual sufre lo físico?

Van Gogh apuesta por la belleza del alma, captada por los retratos de mujeres feas y viejas, porque ella es superior a la belleza del cuerpo, bestial y animal. Ambas no son conciliables como dice más adelante “…no se puede servir a dos amos a la vez, no se puede amar dos cosas tan diferentes y sentir por las dos simpatía”. En su carta del 3 de abril del mismo año plasma su conflicto interno por tratar de resolverse a si mismo y de ser un hombre interior y espiritual. En esta época surge en Vincent un sincero deseo por ser un predicador, decide estar cerca de los mismos carboneros y hace suya la palabra de Dios hasta sus últimas consecuencias, por lo cual es rechazado oficialmente.

A partir de su fracaso como predicador se dedica de lleno al arte, primero de manera autodidacta y en lo principal siempre será así. En una carta de septiembre nos cuenta sus experiencias artísticas:

“la naturaleza comienza por resistir al dibujante, pero aquel que se toma su tarea realmente en serio no se deja despistar, porque esta resistencia, al contrario, es un estimulo para vencer mejor, y en el fondo la naturaleza y un dibujante sincero están de acuerdo. Pero la naturaleza por cierto es intangible, se trata siempre de reducirla, de captarla, y esto por una mano firme. Y después de haber luchado y combatido algún tiempo con la naturaleza, esta termina por ceder y volverse dócil, y no lo digo yo porque lo haya logrado, nadie esta menos convencido que yo, pero esto comienza a marchar.”

Estas referencias sobre la naturaleza serán claves para sus obras de madurez, por el momento conservemos la importancia de esta experiencia primigenia, su prestarle oídos a la naturaleza. Esta otra referencia también nos ayuda a comprenderle.

“El sentimiento y el amor de la naturaleza encuentran tarde o temprano un eco en aquellos que se interesan por el arte. El pintor por deber tiene que sumergirse completamente en la naturaleza y utilizar toda su inteligencia, poner todo su sentimiento en su obra; para que ello se vuelva comprensible para otros”.

Con estas referencias se entenderán el significado de sus girasoles, cipreses, hierbas y flores. Así pues un poco mas adelante sigue diciendo: “… por mi parte no veo otro camino que el de la lucha con la naturaleza todo el tiempo que sea preciso para que ella me confié su secreto”.

En lo que respecta a la polémica discusión de los colores Van Goh piensa que “.. no hay en la naturaleza mas de tres colores verdaderamente elementales”, rojo, amarillo y azul. De los esfuerzos y trabajos de Van Gogh nace un cuadro muy querido para el “El comedor de patatas” donde se expresan algunas de las ideas que venimos copilando. Van Gogh dice de esta obra:”…mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos han ganado tan honestamente”. Y con respecto a la belleza femenina allí nos dice “… una muchacha de una granja, es a mi parecer mas hermosa que una dama”. Así también el aldeano es bello en su traje de faena. Nos dice que su cuadro tiene la intención de proveer una reflexión sobre la vida y el arte. Y para Mostar las raíces rurales del arte de Van Gogh, él nos dice: “Yo pienso a menudo que los aldeanos son un mundo aparte, y en muchos puntos mejor que el mundo civilizado”. Vincent en su obra critica al mundo técnico e industrializado que a medida que avanza se deshumaniza y enajena la vida.

Van Gogh deja su aprendizaje solitario y frecuenta ocasionalmente una academia, pero no se queda allí. Avanzando por su cuenta en el arte, llega a Paris donde asimila la influencia de Gaugin y Lautrec, así como se va notando su creciente admiración por el arte japones. Pero no soporta el ambiente citadino y se retira a Arles. En ese lugar le suceden sus arrebatos artísticos más fecundos y feroces, entre sus proyectos nace este: “me hace falta también una noche estrellada con cipreses-quizás sobre un campo de trigo maduro; aquí hay noches muy bellas. Tengo una continua fiebre de trabajo”.

Y es justamente en rededor de esta noche estrellada que tenemos algunos pensamientos. Después de un dia de paseo, Van Gogh recuerda una historia de Guy de Maupassant, sobre un cazador que al casarse no sentia exitacion y eso lo consternaba. Al proposito de esto Vincent recuerda que “…el hombre se vuelve ambicioso desde el momento que no se excita”. El esta en una situación parecida y protesta en lo que deba llevar a la ambicion. En esas divagaciones señala la vida materialmente desgraciada vida de los artistas. Y he aquí que surge la pregunta que nos abre el misterio de las estrellas. “Esto renueva eternamente la cuestión: la vida, ¿es enteramente visible para nosotros, o bien no conocemos de la muerte más que un hemisferio?”. Los pintores muertos siguen hablando a travez de sus obras. “En la vida del pintor, tal vez la muerte no sea lo mas difícil de obtener”. Entre estas alusiones a la vida, muerte y artista, Vincent nos dice:

“Yo confieso no saber por que será, pero siempre la vista de las estrellas me hacen soñar, tan simplemente como me impulsan a soñar los puntitos negros que representan en el mapa las ciudades y lugares ¿Por qué, me pregunto, los puntos luminoso del firmamento nos serian menos accesibles que los puntos negros en el mapa de Francia?

Si tomamos en tren para irnos a Tarascón o a Ruán, tomamos la muerte para ir a una estrella.

Lo que es realmente cierto es que, estando en esta vida, no podemos irnos a una estrella; lo mismo que estando muertos no podemos tomar el tren.

En fin, no me parece imposible que el cólera, el mal de piedra, la tisis, el cáncer, sean medios de locomoción celeste, como los barcos a vapor, los ómnibus y el ferrocarril lo son terrestres.

Morir tranquilamente de vejez seria ir a pie”.

Luego de una existencia insatisfecha y desgraciada es natural huir, salir de aquí y remontarse a las estrellas, como el anhelo que a veces tenemos de irnos y comenzar todo en un nuevo lugar. ¿Cómo nos vamos a ese lugar nuevo, a una estrella, donde podamos sentirnos reconfortados?, Vincent no fue ni a pie ni en vehiculo, su suicidio fue su medio especial. Así pues, las estrellas simbolizan la desesperanza en esta vida, pero la esperanza en el más allá de la muerte, representado por el cielo estrellado y nada mas que ello; esta metáfora es un calmante, una palabra salvadora en un mundo opresivo. La noche estrellada es un testimonio de la desesperada religiosidad de Vincent, que late en su querer morir para poder vivir mejor y mas feliz que aquí, alejado en un mundo de estrellas.

La honda melancolía de su carta se matiza cuando unos días después escribe:

“acabo de leer “El año terrible” de Victor Hugo. Allí hay esperanza, pero… esta esperanza esta en las estrellas… (Aquí comienza cierto optimismo de nuestro amigo). Pero no olvidemos que la tierra es igualmente un planeta, por consiguiente una estrella o globo celeste. ¡!!Y si todas las estrellas fueran parecidas!!! No seria muy alegre; en fin, habría que volver a empezar. Desde luego para el arte, para el que tiene necesidad de tiempo, no estaría mal vivir mas de una vida. Y no deja de tener su encanto creer a los griegos, a los viejos maestros holandeses y japoneses, continuando en otros globos su escuela gloriosa”.

La esperanza de estar en las estrellas, nuestra tierra es como una estrella, entonces aquí también hay algo de esperanza, por la cual continuar trabajando, seguir viviendo, vivir indefinidamente, en todas las infinitas estrellas del cosmos. En Vincent no hay una decadencia mórbida sino una feroz sed de vida, de arte, naturaleza, amor, tan desmesurado, tan tempestuosa, que en esta miserable estrella no se pudo clamar.

La idea de las estrellas como transito a la muerte, a la esperanza, se complementa con otras figuras. Vincent pinta una taberna, un café nocturno, sobre el que nos dice:”Los noctámbulos vagabundos “pueden, pues, encontrar un asilo cuando no tienen con que pagar un alojamiento o cuando están demasiado ebrios para ser admitidos. Todas estas cosas, familia, patria, son tal vez encantadoras en la imaginación de la gente como nosotros, que nos pasamos bastante bien sin patria, sin familia, en cualquier realidad. Me parece siempre ser un viajero que va a alguna parte y a un destino”. Esta es la perspectiva concreta de vivir lejos de las estrellas, esto es el mundo como una taberna de gentes desarraigadas, las estrellas tienen su faz, la concreta figura de patria y familia; somos unos viajeros desorientados pero ya desde siempre con un destino en las estrellas.

Restableciéndose de su forzosa penitencia y ayunos nos dice con abrasadora religiosidad: “Y sentir, sin embargo, claramente en lo alto las estrellas y el infinito. Entonces la vida llega a ser casi fascinante. ¡Ah!, aquellos que no creen en el sol de aquí son bien impíos”. Una vida puede a llegar tener sentido, ser fascinante, en la contemplación artística de la naturaleza, estrellas e infinitos; esto es religión y el sol nuestro Dios. Así pues la inicial fuente de religiosidad cristiana se va deslizando hacia un panteísmo que se va expresando n una pintura más rica y expresiva.

Y es ahora que Vincent concentra todas sus fuerzas religiosas, su religiosidad en el arte, así nos dice: “Puedo muy bien en la vida y también en la pintura privarme de Dios, pero no puedo, sufriendo, privarme de algo mas grande que yo, que es mi vida, la potencia de crear.” Dios es desplazado, ya no es un consuelo de sufrimiento, ahora se ha hecho nuestra esa propiedad tan especial de Dios, crear, que es la esencia de la vida misma. Crear abre el mundo, arroja luz sobre las formas posibles que palpitan por ser. La creación artístico ha vuelto a Vincent un verdadero místico, que plasma este intenso sentimiento en la libertad suprema de crear con la luz y el color. Sea desplazado Dios pero el amor por los demás sigue allí, y esto también es algo artístico. Así se acerca a alas ideas de Tolstoi, expuestas en su libro “Mi religión” que conocía por referencias segundas. Le llamo la atención la propuesta de religión sin esperanzas en el mas allá pero entrada en la humanidad viviente, dice que tal religión”… debe ser muy consoladora y debe inspirar la serenidad, la actividad, el valor de vivir y porción de cosas”.

Como veremos en esta etapa de su vida, religión y arte se han vuelto una sola cosa. El arte plasma creación, un don divino, y en la creación se abre el mundo, así nos dice: “Pero esta brizna de hierba lo lleva a dibujar todas las plantas; luego las estaciones, los grandes aspectos del paisaje, en fin, los animales, después, la figura humana. Pasa así su vida, y la vida es muy corta para hacerlo todo. Veamos ¿no es casi una verdad religión lo que nos enseñan estos japoneses tan simples, y que viven en la naturaleza como si ellos mismo fueran flores?” El arte nos provee de una relación intima con la naturaleza. En ese instante Vincent proclama:”…nos es preciso volver a la naturaleza, a pesar de nuestra educación y nuestro trabajo, en un modo convencional”.

En septiembre de 1888 Vincent realiza una versión de su recurrente tema de la noche estrellada y respecto a ello nos dice: “Me prueba esto de trabajar fuerte. Lo que no impide que tenga una terrible necesidad de-¿diré la palabra?-de religión-, entonces por la noche voy a afuera para pintar las estrellas y sueño siempre con un cuadro como este, con un grupo de figuras vivientes de compañeros”. Sed de religión que se sacia en la poiesis artística, que crea mundos donde ya no estar solos. La terrible soledad del pintor traspasa su vida y le hace inventar compañeros trascendentales, soledad que convive con su ardoroso amor por la humanidad. Dios ya no es centro de la religión, de manera semejante a la muerte de Dios, Vincent evoca:”Dios es un faro intermitente; y en este caso, ahora pasamos en verdad por su eclipse”. Lo angustiante de esto es que nos urge para la vida, para vivir “… yo quisiera poder llegar a esa seguridad que te vuelve feliz, alegre, y vivaz en toda ocasión”, porque la vida si no es feliz no es vida.

El arte trata de llenar el desbordante interior de Vincnet. “Por momentos tengo lucidez terrible, cuando la naturaleza es tan bella como en estos días y entonces dejo de sentirme y el cuadro me viene como un sueño. Tengo un poco de temor de que esto tenga su reacción de melancolía, cuando tengamos la mala estación, pero tratare de sustraerme a ella por medio del estudio de esta cuestión de figuras de cabezas”. Esta tan ligado a la naturaleza que el sentido de sus días esta en las estaciones, en el nacer, florecer y marchitarse de una flor. La terrible lucidez, la naturaleza que se abre, el dejar de sentirse- la enajenación extática- la evocación onírica, son símbolos inequívocos de la experiencia mística que se nutre de una espiritualidad nueva, ajena a la de las iglesias y monasterios, religión nueva que nos da nueva vida.

La espiritualidad artística no solo se limita a la naturaleza sino que también ha avanzado a los objetos de la v ida cotidiana, así lo expresa Van Gogh:”Esta vez ha sido simplemente mi dormitorio; solo que el color que debe predominar aquí, dando con su simplicacion un estilo mas grande a las cosas, y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación.

Las paredes son de un violeta pálido. El suelo es a cuadros rojos.

La madera del lecho y las sillas son de un amarillo de mantequilla fresca, la sabana y las almohadas, limón verde muy claro.

La colcha, rojo escarlata. La ventana verde.

El lavabo, anaranjado; la cubeta, azul.

Las puertas, lilas.

Y eso es todo-nada más en este cuarto con los postigos cerrados.

Lo cuadrado de los muebles debe insistir en la expresión del reposo inquebrantable.

Los retratos, un espejo, una botella y algunos vestidos.

El marco-como no hay marco en el cuadro-será blanco.

Esto, para tomarme el desquite del reposo forzado a que he estado obligado”.

La familiaridad con las cosas, el hogar, nos lleva al estado de reposo y tranquilidad y ella es justamente lo que Vincent hace, muestra una morada que provee paz, seguridad, sin un salir más allá, sin recurrir a nada que este fuera del cuarto. Los colores se conjugan en un lenguaje de sugerencias y alusiones que nos invitan al descanso. Este cuadro abre de par en par la cotidianidad media del hombre, plasma su estar en el mundo, donde aquí los útiles están espiritualizados, una voz que emana de las cosas y nos saca de la condición de arrojados, hacia una seguridad y armonía distinta.

A fines de 1888 tiene lugar el altercado con su amigo Gaugin, con el que proyectaba una comunidad de artistas, el hecho lo sume en una culpabilidad. Luego se acrecientas los problemas existenciales que lo arrastran a la locura, es internado en un sanatorio, y es aceptado después como huésped. Su vida se torna cada vez más insufrible. En una de sus ultimas cartas podemos encontrar un resumen de lo que pensaba sobre el porvenir del impresionismo y su labor personal: “Lo que los impresionistas han encontrado para el color avanzara más todavía; pero hay un lazo que muchos olvidan, que liga esto al pasado, y me esforzare en demostrar que no creo casi en una separación rigurosa de los impresionistas y los otros”. Como mencionamos al inicio, la ruptura del arte clásico y moderno tiene su punto de encuentro, de convergencia en Van Gogh, quien conscientemente trata de explicitar el lazo con pintores como Millet, Delacroix, Rembarth, Velásquez, Giotto, es decir trata de captar pintando, la unida esencial del arte.

Porque el arte (Como toda grande creación del espíritu humano) quita la felicidad de una vida normal, Van Gogh artista consumado, místico de los colores y paisajes, es llevado desfrenadamente a su aniquilación. El círculo del arte lo ha confinado a la soledad. Así se lo confiesa tiernamente a su confidente, su hermano Theo, el buen samaritano: “Bueno ¿sabes lo que espero, cada vez que me pongo a tener esperanzas? Que la familia sea para ti lo que son para mi la naturaleza, los montones de tierra, la hierba, el trigo amarillo, el aldeano, es decir que encuentres en tu amor por la gente, no solamente en que trabajar sino de que consolarte y rehacerte cuando haya necesidad”.

Van Gogh estando en armonía y convivencia con la naturaleza, ha entrado en convivencia con ella haciéndose loco y extraño a los hombres. Pagando el precio de aquella sabiduría que siempre pedía algo a cambio, la sabiduría de los antiguos… “Ser sabio es virtud máxima, y sabiduría es decir la verdad y obrar de acuerdo a ella escuchándola”. La sabiduría no es solo la ciencia teórica sino el descubrir, desocultar al ser en tanto ser, ello obedeciendo a la naturaleza, escuchándola y luego tomando el pincel y plasmando lo que en susurros íntimos nos dicta, desplegando la potencia creadora, inventando estrellas donde refugiar las ultimas esperanzas, recuperando la naturaleza.

La ultima cartas de Van Gogh es del 29 de julio de 1890, aquí avizora que su obra no será olvidad ni despreciada y dice:”Pues bien, mi trabajo; arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias-bueno-pero tu no estas en entre los marchands de hombres, que yo sepa; y puedes tomar partido, me parece, procediendo realmente con humanidad, pero, ¿qué quiere?” La pasión artística ha consumido la vida de Vincent, su vida asistida siempre por su hermano Theo que al enterarse del trágico fin del pintor no le sobrevivirá sino seis meses. Y se fue el gran Vincnet, entre los trigales dorados, más luminoso aún con la luz de un sol alegre, se va por el camino, espantando con sus pasos a los cuervos que anuncian su inminente muerte. Así lo plasma el corto de Akira Kuorosawa, como homenaje al maestro; la escena final de los cuervos, la muerte de Van Gogh, la vida por el arte, la escucha de l naturaleza, la religión, son temas dignos de reflexión que nos muestran lo valioso, particular y genial de esta enorme figura, el maestro Vincent Van Gogh.

Recapitulando lo hasta aquí expuesto podemos privilegiar tres cuadros que nos darían una visión de conjunto de la obra de general de Vincent. “El comedor de patatas”, “Noche estrellada” y “La habitación del artista”. El nexo común de ellas tres es la búsqueda de una nueva forma de expresión, es decirle afán de romper los viejos moldes que dictan como materializar el espíritu del artista. Pero el “comedor” a las “estrellas” hay una ruptura, un giro producido por la decepción creciente para con los humanos, es decir el sentirse excluido de la sociedad, lleva a nuestro pintor a hacerse amigo de la naturaleza. La lucha que como pintor tuvo hizo que ambos se fundieran, una lucha fecunda que hizo de Vincnet uno de los últimos portavoces del modo de ser natural para occidente, aplastado por el maquinismo y materialismo, esa voz que se ahoga. Pero esta vuelta a la naturaleza no solo abriría a las plantas, montañas, sol, cielo, sino que es tan desmesurado que hace suyo la intimidad humana, el interior del hombre, lo más familiar de su cotidianidad, sus útiles a la mano. La fuerza receptiva de van Gogh, su vuelta a la naturaleza alcanza también a lo más benigno de las creaciones humanas.

Yo creo que lo más importante de las ideas estéticas de Van Gogh puede resumirse en todo lo que lleva de implícito “la noche de cielo estrellada”. Lo central allí es el sentimientote transito e infelicidad de esta vida, que se refugia en el mundo celeste, es que al morir fuéramos a morar en una estrella. Pero en un segundo movimiento Vincnet se percata de que este mundo también podría ser una estrella, y entonces nuestra transitoriedad se prolongaría en vida infinita, por todo el infinito cosmo, morando inacabablemente en todas las nebulosas. Esta vida en las estrellas no es nada abstracto, metafísico o ensueño, sino por el contrario, es patria y familia, algo concreto, tan vital, tan necesario. Y por todo esto es significativo cuando nos dice que se calma la sed de religión pintando de noche las estrellas, es decir mediante la creación artística.

Pintar un girasol nos reconcilia con la naturaleza, este reconciliar seria re-ligare, volver a unir al hombre con lo único divino, la naturaleza. Durante mucho, se vio perdida nuestra espiritualidad persiguiendo a una vana ficción nacida de la abstracción de la fuente viva y fluida de lo natural. La obra de Vincnet es un panteísmo abierto que recupera un acercamiento originario a la naturaleza, acercamiento que es religión y arte, en uno solo. El panteísmo artístico de Van Gogh es religiosamente una actitud de mucha tradición, de enormes y antiquísimas resonancias, piénsese en la religión naturalista de los griegos y romanos, los cultos naturales de los germanos, dentro de la edad media, el amor por toda la naturaleza del hermano San Francisco, las tesis heréticas de Eckart, de Cusa, luego Spinoza, Pascal, hasta Niesztche, toda una serie de espiritualidades religiosas, también por ella conflictiva y prestas a explotar. Natural es que dentro de una concepción panteísta se privilegia el arte, es el arte el rito por el cual se capta todo, al crear, es de esencia divina. He aquí una forma más de ser místico, arrebatado, furioso, enloquecido, la mística que la producción artística da a sus cultores, a sus guardianes.

Nota: el ensayo no está terminado, prometo a los lectores del blog una parte filosófica donde se eleva a reflexión estética el material aquí expuesto. Gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hello


Just saying hello while I read through the posts


hopefully this is just what im looking for looks like i have a lot to read.

Anónimo dijo...

hiya


just signed up and wanted to say hello while I read through the posts


hopefully this is just what im looking for looks like i have a lot to read.