Por A. S. Bundy.
Quién no ha sido interrogado por algún buen sujeto con la siguiente pregunta “y ¿para qué sirve la Filosofía?”. Muchos, entre los que me encuentro yo, respondemos que la Filosofía de por sí es inútil, que no tiene ningún interés para los que tratan de sacarle algo de provecho personal o económico a sus conocimientos, pues la Filosofía no es como cualquier carrera, sino que es la más abstracta, complicada y humana de las actividades que alguien pueda realizar. Hoy ya a no estoy tan seguro de querer, o siquiera poder defender, tal respuesta. A puertas de terminar la carrera y trabajando en el rubro de educación, que es el mercado destino de la gran mayoría de compañeros, replantearé la pregunta que todos nos hacemos en la Escuela de Filosofía por lo menos una vez: ¿por qué debe ser la Filosofía una actividad importante para la sociedad? La pregunta radica en la necesidad de toda actividad profesional de ser una actividad social. Comenzaré revisando las actividades sociales donde lo profesionales de la Filosofía son solicitados.
Los trabajos en donde radican la mayor cantidad de filósofos se encuentran en el sector de la educación. Todos los compañeros que conozco y que tienen un trabajo donde pueden aplicar los conocimientos adquiridos y desarrollados en la universidad enseñan en academias o colegios, lugares donde seguramente seguirán enseñando después de graduarse. Lo primero que hacen las academias para habilitar a sus futuros empleados es capacitarlos aproximadamente dos meses, después de lo cual aplican las herramientas adquiridas construyendo sus clases. Sin embargo, la educación secundaria requiere de una capacitación más profunda para interactuar con alumnos adolescentes que no siempre quieren estar en el colegio y poder transmitirles los conocimientos necesarios para que acaben sus estudios y para que estén habilitados, si desean seguirlos, para los estudios de nivel superior. ¿Cuál es la institución en donde podemos adquirir los conocimientos necesarios para trabajar en un colegio?
Otro tipo de trabajo en donde gran cantidad de compañeros, egresados y bachilleres ingresan por haber obtenido educación universitaria se encuentra en las librerías. Para ingresar a una librería y trabajar vendiendo libros no se requiere de la aplicación sistemática de los conocimientos adquiridos en la Escuela Académico Profesional de Filosofía, sino la suficiente inteligencia y aptitud social para colocar una cantidad de libros escolares en un colegio o para convencer a un comprador de que tal o cual libro es más interesante que otro libro más barato. Pero, en este tipo de trabajos, ¿podemos considerar que estamos realizando la labor de filósofos, labor para la que fuimos formados y por la que estudiamos por cinco años en la universidad?
Queda por preguntarnos lo siguiente: ¿los trabajos accesibles a la mayoría de egresados, bachilleres y licenciados satisfacen sus expectativas respecto a la tarea del filósofo en la sociedad? Para responder a esta pregunta me parece necesario responder a otra: ¿cuál es la tarea del filósofo en la sociedad? Pero la respuesta a esta nueva pregunta resultará arbitraria, sino parcializada, si es que no respondemos a la pregunta que para mí es la más urgente de responder para cualquier estudiante de Filosofía, profesor de Filosofía y universidades e instituciones que imparten cursos de Filosofía: ¿por qué requiere la sociedad
de filósofos? ¿qué hacen los filósofos que sea tan caro para la sociedad y que ningún otro profesional pueda realizar? Podemos decir que la sociedad sí responde a esta última pregunta; interpretando la demanda social de filósofos me atrevo a responder por ella: los filósofos en tanto filósofos no son necesarios, pero lo que sí se requiere es de profesores y de vendedores y resulta que los filósofos manejan conocimientos que les podrían servir para realizar un poco mejor estas actividades que son necesarias. La Filosofía no aparece sino como un accesorio del educador de jóvenes o del vendedor de mercancías. Parece que lo único que nos queda es preguntarnos lo siguiente: ¿qué prefiero ser, maestro o vendedor?
Para los que se pregunten el porqué no he considerado la posibilidad de acceder a la docencia universitaria les aconsejo conversar con algún profesor sanmarquino de Filosofía y preguntarle cuál fue la lógica de su carrera universitaria, por qué parece que lo único que pueden hacer es enseñarle Filosofía a futuros profesores universitarios ¿Se puede apreciar el círculo vicioso? Recojo las palabras de Octavio Paz en “Páginas libres” para caracterizar la labor del profesor de Filosofía sanmarquino que no intenta resolver este problema:
Canta pájaro canta
Sin saber lo que cantas
Todo tu entendimiento está en tu garganta
2 comentarios:
Bella pregunta: "¿qué hacen los filósofos que sea tan caro para la sociedad y que ningún otro profesional pueda realizar?". Lo terrible es que se tome de una manera tan retórica para luego limpiarla tan sarcásticamente: "¿qué prefiero ser, maestro o vendedor?".
La respuesta a mi me parece sencilla, ya que si no hubiera gente que memorice en la escuela, no habría ese problema vocacional (laboral económico) La filosofía no es algo que se sepa, sino una actividad y una dispoción; de modo que quien busque alguna carrera de poco puntaje para luego, con un cartón en la mano, consiguir trabajo debería buscar en otro otro lado. Es que en la universidad no se consigue trabajo sino las herramientas para lo que queremos hacer: quien no sabe qué hará al salir no lo aprenderá en el camino.
El tipo del filósofo es raro, así que sería mejor probablemente lo que decía por ejemplo el profesor Octavio Obando, que un salón de clases de filosofía no debería tener sino quince o diez alumnos, no más.
Sobre las propuestas. ¿Profesor?: siempre lo he dicho, que mejor sería estudiar educación si en realidad fuera la propia vocación; no veo porqué perder tres o cuatro años aún con convalidación para enseñar lengua, historia, literatura, matemáticas o, peor aún, filosofía. ¿Para qué? ¿Para tener el dudoso placer intelectualoide de publicitarse como Filósofo? A mi también me parece estupido el círculo vicioso de tener la única misión de enseñar filosofía a las siguientes generaciones de gente que lo único que hayan de hacer sea enseñar filosofía.
Lo que no me queda claro (porque en ningún momento da otra opción) es la respuesta que el autor daría a por qué es importante la filosofía. De otro modo habría que preguntarle por qué sigue permitiendo que el estado (la sociedad de la que habla) siga invirtiendo sus fondos en personas como él, de modo que no sea inversión sino despilfarro. Ya no como filósofo, pero al menos como ciudadano -siquiera como contribuyente- debería criticar la presencia de programas e incluso cursos así en entidades estatales.
Lo bueno es que un artículo así nos llama a la actividad académica interdisciplinaria con otras escuelas y facultades, de modo que retomemos contacto con el mundo; de modo que, por ejemplo, en la Fac. de Derecho recuperen la base de Derecho sobre Ley; que en la Fac. de Sociales se desarrolle la busqueda del hombre previa a los estudios de metodologías y fines específicos; y que en toda facultad científica o técnica se recupere el análisis epistemológico, deontológico y ético si fuera el caso; pero no de modo que sigan lo que dice el filósofo sino que discutamos temas comunes, de acuerdo a la especialidad de cada uno en la escuela: como decía Bergson, el filósofo también debe especializarse.
El problema es ese: muchos de nuestros compañeros, al no comprender ni los temas ni la aproximación que de ellos hicieron los filósofos de la tradición, no son capaces de encontrar un camino de investigación, o como dirían nuestros amigos marxistas, su lugar en la historia.
El amor también es una actividad y una disposición. Pero la Filosofía también involucra un indispensable conocimiento de su propia historia, es decir la historia de la reflexión humana. De lo contrario puedes terminar inventando el agua tibia. Me parece problemático esa especie de intuicionismo que subyace a tu afirmación (no en vano citas a Bergson). Por cierto la primera parte de tu comentario se contradice con la última respecto a esta ausencia de conocimiento como característica de la Filosofía. ¿Es posible la especialización y la tradición cuando sólo se trata de actividad y actitud el filosofar? Lo encuentro bastante incierto.
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